Entradas Héroes solitarios

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Reseñas de novelas de héroes solitarios

domingo, 22 de abril de 2012

El príncipe de la soledad (Adam J. Oderoll)


En días pasados he reseñado ya dos novelas con protagonistas muy solitarios: Un mundo feliz y Soy leyenda, de dos autores tan bien apreciados como lo son Aldous Huxley y Richard Matheson. Hoy traigo El príncipe de la soledad, una novela del género fantástico también con protagonista muy solitario.
Albram Dorogant es un joven interesante en muchos aspectos y aun difícil de hallar en obras incluso del mismo género. Es uno de los protagonistas de esta extraordinaria historia -y creo que el personaje más importante de todos-, dirigida tal vez a los adolescentes románticos, pero que a mí, sin ser lo primero y quizás muy poco de lo segundo, me ha encantado.
Al igual que en los casos de John el Savaje y Robert Neville, protagonistas de las novelas mencionadas, Albram no está solo por decisión suya. Fue el destino quien lo condenó a su soledad. Nació de una pareja que no debió serlo, pasando a ser él, para quienes lo rodean, una rareza. Aun así muchos lo admiran, otros le profesan ciega lealtad y a todos les interesa lo que ocurre a su alrededor, porque Albram es muy importante, un juez, suprema autoridad de su mundo.
Y algo tiene Albram aparte de su puesto que atrae. Los jóvenes aristócratas que están destinados a servirlo se sienten cómodos con su Juez, algunos sólo porque es joven como ellos y tiene una personalidad que intimida. A las mujeres les gusta, aunque prefieren negarlo porque se supone que por sus orígenes todos tienen que verlo como un ser indeseable, aunque muchos dependan de sus decisiones. 
Pero lo cierto es que a él sus deberes no parecen importarle. Es muy apático y por su carácter no resulta fácil acercársele. Son muy pocos a los que trata con respeto y quizás muchos menos por los que siente afecto. Eso si es que realmente quiere a alguien, porque aparenta que a nadie.
El lugar en donde Albram vive está habitado por dos especies de seres similares a los humanos. Unos son los siervos, destinados, como su nombre lo indica, a servir, y los otros son los aristócratas, pocos, cultos y llenos de arrogancia, destinados a mandar. Albram, sin ser uno de estos últimos, por ley está considerado como tal, cosa que no a pocos desagrada.
Los aristócratas tienen un serio problema. Su especie corre peligro de desaparecer. Necesitan un líquido vital que se agota con rapidez, y cuando ya no lo tengan, sólo podrán recurrir a la sangre de los inferiores, seres aún más indefensos que sus siervos, y que vienen a ser los humanos, a los que pueden acceder muy fácilmente.  Pero la falta del vital líquido no es el único problema. El peligro llega por todos lados. Aparece un ser malvado, se supone que muerto mucho tiempo atrás, del que casi nada se sabe pero que a todos hace temer.
También aparece Baon, un joven inferior que resulta no ser tan débil como todos creen y sí más valiente que muchos. Entre él y Albram surge una extraña enemistad porque no se conocieron en el momento más oportuno. Sin embargo, y aunque no lo dicen, cada uno se siente impresionado por el otro. Son muchas las cosas en las que se parecen y todo indica que ellos no lo ignoran.
Albram y Baon, cada quien por su lado, van descubriendo misterios de los cuales la novela está llena. Pero vuelven a juntarse en un final sorprendente donde los dos  hacen la parte que les toca lo mejor que pueden. Y justo es decir que el final es extraordinario. Bien elaborado y siempre lleno de misterios, como debe de ser precisamente un final para que una historia valga la pena.
Al igual que otros libros que he reseñado, El príncipe de la soledad, obra de Adam J. Oderoll, puede comprarse en Amazon en formato digital. Bien vale la pena adentrarse en esta  historia que, en muchos aspectos, es excelente. Una autentica joya.

2 comentarios:

  1. que buena pinta tiene este libro Dorian, me gusta mucho como lo cuentas.. me lo apuntaré.

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  2. Mmmm, se ve muyy bien. Que no es este el libro favorito de Justin Bieber?

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