Entradas Héroes solitarios

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Reseñas de novelas de héroes solitarios

martes, 10 de abril de 2012

La vida en México. Durante una residencia de dos años en ese país (Marquesa de Calderón de la Barca)

La Marquesa de Calderón de la Barca es, o más bien fue, a pesar de su titulo tan hispano, de nacionalidad escocesa. No fue, desde luego, descendiente directa del famoso escritor del Siglo de Oro, ni siquiera guardan parentesco alguno. Nació en 1804 y le dieron el nombre de Frances Erkine Inglis, se trasladó muy joven a vivir a Boston, y allí, ya un tanto mayorcita, se casó con un diplomático español llamado Ángel Calderón de la Barca.
Calderón, como lo llamaba ella, fue designado a finales de 1839 como el primer representante de España en México, cuando la reina Isabel II se resignó por fin a perder aquella colonia y decidió reconocerla como una nación independiente. Poco más de dos años después, Calderón y su ilustre esposa abandonaron el país.
Durante su estancia en México, Frances, una mujer culta, políglota y por demás interesante, escribió a su familia, afincada en Boston,  bastantes cartas, en las que contaba de todo más que de ella. En 1843 publicó en Boston La vida en México, un libro compuesto por cincuenta y cuatro de aquellas cartas. Poco tiempo después, el mismísimo Dickens la apoyó para que su obra saliera a la venta en Londres.
Al pasar poco más de un siglo el libro se convirtió en una obra casi de culto en México, donde se edita con frecuencia y no pasa nunca desapercibido para quien se interesa en la historia del país. En España tardó aún medio siglo más en aparecer, con una traducción diferente a la de México. Y hoy en día es considerado uno de los mejores libros de viajes de cuantos se escribieron en el siglo XIX. Es  evidente porque  Dickens creyó oportuno apoyar su difusión.
En La vida en México la Marquesa de Calderón de la Barca nos cuenta simplemente lo que ve, pero a su manera. Desde el momento en que zarpó el barco que la llevó de Nueva York a Cuba, Frances empezó a plasmar en papel sus impresiones sobre la gente que la acompañaba, el mar y la propia nave. No se guardó nunca sus críticas quizás pensando que quedarían en familia, y gracias a eso escribió siempre con total libertad. Su prosa es excelente, su sarcasmo acido pero divertido y su manera de retratar lo que ve no deja de ser hasta cierto punto impresionante.
El libro nos revela, además de la vida en México en aquella época, a una mujer muy inteligente, muy culta y muy conciente de ello. No por nada años después, cuando quedó viuda, fue designada institutriz de la infanta Isabel, por la reina, un puesto del que no se hacía cualquiera, y posteriormente el rey Alfonso XII la hizo marquesa.
Su producción literaria no pasó de un libro más titulado El agregado en Madrid o bocetos de la Corte de Isabel II,  y, hemos de decirlo, eso es muy lamentable, porque Frances fue una mujer que escribió poco, pero que escribió bastante bien.

2 comentarios:

  1. Muy buena entrada, Dorian.
    No me extraña que Dickens confiara en su talento.
    Un saludo.

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  2. "pero que escribió bastante bien" concluyes en un tono que despierta el interés.
    Como ya dije, creo, has resultado todo un descubrimiento.
    Ya tengo una recomendación tuya, vayn cayendo más.
    Besos

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