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jueves, 19 de abril de 2012

Los Reyes Católicos y los felipes


La imagen del rey Juan Carlos I de España, tras sus últimas aventuras, es la de un hombre ya físicamente muy ajetreado. Aparenta más de sus 74 años y es probable que el tiempo de que la corona cambie de cabeza esté cerca. Nunca se sabe, pero el Rey no se ve nada bien en una época en la que su imagen como monarca tampoco anda a las mil maravillas.
Y después de él, llegará al trono español otro Felipe. Los felipes  llegaron a España por la vía de los Habsburgo hace ya poco más de medio milenio. Los Reyes Católicos, ansiosos de encerrar a Francia entre reinos enemigos, pactaron un doble matrimonio con el emperador Maximiliano I de Habsburgo. Sus hijos, Juana y Juan, se casaron con dos archiduques de Austria: Margarita y Felipe.
Al poco tiempo a los ilustres Reyes su yerno empezó a desagradarles. Felipe, aparte de volver loca a Juana con sus infidelidades y al parecer con una que otra golpiza, siempre fue muy aliado del rey de Francia. Sus suegros estaban haciendo grandes esfuerzos para dejarles a sus hijos, a los de Felipe, el más poderoso reino del la cristiandad y por qué no decirlo también de Europa y él no lo valoraba. Fernando sencillamente odiaba a su yerno y no pocas veces se arrepintió de haberle entregado en matrimonio a su hija.
A la muerte de los Reyes Católicos, sus reinos, España pues, fueron a parar a manos de los Habsburgo, y después de aquel odiado yerno, hubo aún tres felipes más de la casa de Austria. Al ser desplazada ésta por los Borbones, el trono español fue ocupado por otro Felipe, que aunque Borbón y francés, se llamaba como su bisabuelo español Felipe IV.
Es cierto que los Reyes Católicos no fundaron España tal cual es hoy. Pero sí que hicieron demasiado para edificar el gran imperio que fue por muchos años. A su muerte ya habían financiado la aventura de Colón, más por deseos de Isabel que de Fernando, ya también Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, había demostrado el enorme poderío militar español en Italia, barriéndola de franceses, y, por si fuera poco, también habían acabado con el poder en la Península de los musulmanes.
Para no ir más lejos, sin los Reyes Católicos España jamás habría sido el gran imperio que alguna vez fue. Quizás habría continuado dividida en pequeños reinos, guerreando unos con otros, como ocurría en Italia. Paradójicamente, el fruto de sus esfuerzos lo gozaron y lo desperdiciaron varios felipes, que aunque eran sus descendientes, se llamaban como aquel yerno que tantos dolores de cabeza  les dio. Y todavía, si las cosas no cambian, falta que a España la gobierne, aunque simbólicamente y cuando menos, un Felipe más. 

2 comentarios:

  1. Muy buena Entrada, Dorian, sobre la Historia de los Felipes en la Monarquía Española.
    Un saludo.

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  2. Hola,

    me encanta este rinconcíto histórico que te has creado!!

    Mi pueblo, San Sebastián de los Reyes, fue fundado por los Reyes Católicos en 1492, y le adjudicaron este nombre porque vivieron durante varios años junto a la ermita dedicada a San Sebastián.

    Podría contarte muchas anécdotas pues me sé la historia de carrerilla, pero no te voy a aburrir.

    Besos y enhorabuena por tu espacio.
    Lupa

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