Entradas Héroes solitarios

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Reseñas de novelas de héroes solitarios

miércoles, 29 de enero de 2014

El nacionalismo, otra cara de la esclavitud

El patriotismo es un sentimiento noble y admirable. Un patriota lucha por una razón única: cuando su pueblo está en peligro por agresores externos. Pero el nacionalismo no tiene nada que ver con eso. Es algo así como una enfermedad mental que pone en peligro vidas y pueblos.
El nacionalismo es una cosa tan esclavista y mezquina que fija parámetros culturales y pretende siempre imponer que todos los habitantes de un país hablen el mismo idioma, tengan las mismas ideas, defiendan las mismas tendencias y hasta usen los mismos nombres. Vamos, que todas las vacas del corral bramen al mismo tiempo y por el mismo motivo.
Y sobre la vaca que no brama, frotan los cuernos todas. El nacionalismo es tan repugnante que se puede volver una pesadilla para el que no sea nacionalista. Porque sencillamente quien no está con los que hacen el ruido debe de pagar las consecuencias.
Se supone que cada individuo debe de ser libre de pensar y decidir sobre su vida. Eso es algo tan elemental como hermoso y por lo que vale la pena luchar. Pero el nacionalismo ve la libertad como un peligro, para el nacionalismo cada individuo es parte de un colectivo que debe de usarse a favor de prejuicios culturales. No existe la libertad de conciencia, existe la obligación de servir al ideal cultural creado por los cerdos de la granja.
Por eso decía que no tienen nada que ver un patriota y un nacionalista. El patriota defiende, pero el nacionalista impone y esclaviza. 

viernes, 24 de enero de 2014

La necesidad de que un presidente sea políglota

En tiempos de las monarquías, los reyes no tenían problema para hablar de sus querellas, de sus intimidades y de su familia –ya que todos pertenecían literalmente a la misma- sin necesidad de un traductor. El idioma de la realeza y de la nobleza era el francés y todos -todos- lo dominaban a la perfección. A los niños nobles de las diferentes monarquías les pegaban a un preceptor francés para que los instruyera y les transmitiera el acento correcto. Y aun si no era en ese idioma, podían los soberanos charlar en cualquier otro. los reyes era npolíglotas. Quizás los más avanzados fueron siempre los archiduques de Austria, ya que regían una monarquía multicultural.
Pero con la caída de las monarquías la cosa se averió. Los gobernantes de hoy suelen no ser ni muy cultos ni muy políglotas. En lo que se refiere al presidente de los Estados Unidos, es el único que tiene disculpa para no dominar otro idioma ya que el suyo es el de moda en el mundo de la política y los negocios. Los presidentes de otros países tienen que hablar inglés para hablarle al líder yanqui en su lengua. Y sea por eso o por otra cosa, como el hecho de que escuelas de inglés hay una en cada esquina, pero ese idioma es el que, por lo común, dominan los políticos. Pero muchos ni ése. La realidad es que los presidentes suelen usar traductores, que cuando mucho se les puede ver discretamente situados en un rinconcito para soplarle al oído al jefe. Y luego sucede que alguien se olvida de llamarlos.
En una ocasión, cuando el expresidente mexicano Felipe Calderón daba un discurso en la embajada de su país en Washington, nadie notó que Obama, a unos metros de él, requería de un traductor para saber lo que su homologo mexicano estaba diciendo -y no es que le interesara, seguro-, hasta que el entonces embajador mexicano en Estados Unidos, Arturo Sarukhán, se dio cuenta y se acercó a Obama para servirle de traductor.
No puede uno dejar de preguntarse, en el mundo de hoy, ¿es necesario que los presidentes sean políglotas? Pues sí y no. SÍ porque deben de ser cultos, algo sabios, para que no metan tanto la pata y no maten a su pueblo de hambre. Y el dominar varios idiomas indica que el tipo no es un iletrado. Y No porque en una charla con un presidente que se expresa en su lengua madre, el que no usa la suya estará en desventaja. Es necesario dominar un idioma perfectamente bien para usarlo en la diplomacia. Hay cuestiones que se deben de defender con argumentos muy acotados en los que el ser un experto hablando un idioma ayuda mucho. Un zorro para la política no podrá defenderse adecuadamente si no es tan bueno para construir un diálogo contundente y preciso en un idioma.
Así que si no dominan a la perfección otra lengua, tanto como para escribir y hablar horas en ella de diferentes temas y sin tartamudear, mejor que usen un traductor. De por sí ya en su lengua madre suelen los mandatarios meter mucho la pata. No me quiero imaginar a Evo Morales hablando inglés. Pufff.

miércoles, 22 de enero de 2014

La arquitectura de los poderosos: De los antiguos griegos a los narcos y las estrellas de hoy, pasando por Napoleón y Hitler 

Existe un rasgo en común entre Napoleón, Hitler, Stalin, los emperadores de la antigua Roma, los jerarcas de la Iglesia, los presidentes de los Estados Unidos, los capos de la mafia, las estrellas de Hollywood, deportistas, magnates, jueces y legisladores alrededor del mundo: a todos les ha gustado el mismo estilo arquitectónico. En La arquitectura de los poderosos, Adam J. Oderoll repasa un concepto formal de edificio lleno de simbolismos que surgió hace dos milenios y medio en la antigua Grecia y se consolidó siglos más tarde en Roma. Desde entonces ha sido el preferido de los poderosos, de los locos y de los que están algo cuerdos, de dictadores de izquierda y de derecha, de políticos demócratas, populistas, corruptos, totalitaristas, de las estrellas del deporte y del espectáculo, sin olvidar a jerarcas católicos y capos de la droga.
Todos se han enamorado del mismo modelo de edificio para edificarse monumentos a su poder, que a la vez puedan perdurar por siglos. El autor se desenvuelve con una prosa agradable mientras desborda conocimientos de la arquitectura a través de los siglos. El lenguaje no es nada técnico, incluso es agradable y sarcástico, el libro puede ser leído con facilidad por quienes no tenemos formación de arquitecto porque no se trata de un manual sino de un ensayo sobre los símbolos de poder de quienes han dominado y dominan el mundo.
Se puede comprar en Amazon a un precio bastante accesible.